Transparencia mal entendida

– Usted disculpe, pero antes que su privacidad debo cumplir con el requerimiento del gobierno. Si no dejo que lo espíe, me puede ir muy mal.

No importan sus datos personales, si la foto es de cumpleaños, o el video con alguna anécdota para recordar, o tipo de documento que desee compartir con un tercero en la red. Lo que importa es saber qué hace, qué dice, qué comparte, con quién conversa, todo lo que haga en la red.

Toneladas de información fluyen por la red. Y nosotros preocupados por el ataque del hombre de enmedio. Y resulta que ni es ataque, ni es hombre y no está enmedio. Es el gobierno con el afán de controlar todo y que encontró su mejor pretexto en la protección de sus ciudadanos contra el terrorismo. Es el acto de espionaje legitimado para salvaguardar -dice- la seguridad nacional.

Y en el afán de limpiar aunque sea un poco su imagen de encubridor de tal espionaje, las grandes compañías de Internet han empezado a divulgar los resultados de los requerimientos de espionaje de la NSA para con sus clientes, a los que suele llamar usuarios.

Facebook, Microsoft, Apple, Yahoo, todos ahora en el club de la transparencia. Niegan haber facilitado el acceso directo a sus servidores a los espías de la NSA. Niegan haber sabido que existía PRISM. ¿Porqué entonces no demandan la intromisión, intrusión no autorizada, hackeo, o como quieran llamarle al acceso no autorizado a sus servidores? Si es que fue no autorizado, por supuesto.

Ahora se apuran en revelar las cantidades de información que han entregado a los espías estadounidenses. Como pretendiendo lavarse las manos o dorarle la píldora al usuario.

Lo cierto es que los datos -personales, documentos, conversaciones, fotos, videos, y todo lo que el usuario se afana en publicar en la red confiando en estas grandes compañías de Internet ha ido a parar a manos no autorizadas. Ahora las de la NSA, mañana de quién sabe. Como el troyano, sin que el usuario se dé cuenta.

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