México firmó ayer el Acuerdo Comercial contra la Falsificación (ACTA). La firma mexicana fue estampada por el embajador de México en Japón, Claude Heller, ante el gobierno japonés, depositario del Acuerdo.
ACTA ha sido cuestionado duramente a nivel mundial, la semana pasada fue rechazado por el Parlamento Europeo. En México el rechazo a ACTA se ha manifestado por considerarlo un instrumento que atenta contra la privacidad, la libre información y la libertad en el uso de Internet. La COFETEL, el Senado y la Comisión Permanente del Congreso de la Unión mexicanos habían recomendado al gobierno no firmar ACTA. Para el Congreso resultaba peligroso el que ACTA considere como delito la transmisión por Internet de documentos, fragmentos de libros o de canciones, criminalizando a los usuarios de Internet en México.
No obstante las protestas y recomendaciones de legisladores mexicanos, ayer el gobierno de México dio su aval a ACTA, según informó el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Para el IMPI el Acuerdo establece un marco general internacional para detener el comercio ilegal de productos piratas y/o falsificados, incluyendo su distribución masiva por medios digitales. Para el IMPI ACTA no violenta los derechos humanos reconocidos por la Constitución mexicana y por los Tratados Internacionales de los que México es parte; y su aplicación no generará un ambiente de vigilancia o monitoreo a las actividades de los usuarios en Internet, ni para revisar o incautar equipos de cómputo ni reproductores personales de audio o video.
Las protestas en las redes sociales por la firma mexicana de ACTA empezaron a manifestarse. Usuarios de Twitter y Facebook usan #ACTA -se ha vuelto ‘trending topic’ en Twitter– para manifestarse por la firma mexicana del Acuerdo. Indignados, los usuarios acusan que el Acuerdo fue negociado y firmado en secreto, y convocan a una marcha de protesta el sábado 14 de julio en diferentes ciudades del país.